MEDIACIÓN CULTURAL: MANEJO DE CONFLICTOS EN INSTITUCIONES EDUCATIVAS
Cada día es más habitual que en los centros educativos convivan alumnos procedentes de diversas culturas. En este contexto será importante favorecer el conocimiento de estas culturas y generar los espacios y las estrategias que fomenten una convivencia solidaria.
Entendemos el conflicto como una “discrepancia de intereses o necesidades entre dos o más partes”.El conflicto es inherente a las personas, dicho de otro modo, personas distintas que conviven tienen necesidades discrepantes. Por ello, un conflicto intercultural sería el fruto de la contraposición de necesidades basadas en las diferencias culturales.
Es importante que seamos conscientes de que no todo conflicto entre personas de culturas diferentes representa un conflicto intercultural, sino que, a menudo, sólo se trata de un conflicto interpersonal. Es necesario, pues, aprender a trabajar con la diversidad, más allá de las raíces culturales, para que la simple coexistencia pueda resultar una convivencia solidaria.
1. Trabajar con el alumnado las habilidades, las estrategias y las capacidades que les permitan afrontar los conflictos antes que estalle la crisis. Si nos referimos a los conflictos interculturales, será especialmente significativo el esfuerzo por desarrollar el conocimiento y reconocimiento del “otro” en general, y de su cultura en particular, así como establecer procesos que nos permitan confiar los unos en los otros, y favorecer la estima hacia uno mismo y hacia los demás desde una actitud empática. Todo este trabajo previo con los alumnos, favorecerá un buen clima de aula y de centro, y ayudará a reducir los conflictos interculturales y a hacerles frente cuando aparezcan.
¿Cómo? • Mediante el Plan de Acción Tutorial.
• Mediante el plan de acogida, durante la primera semana del curso, y con la participación de alumnos, profesores y otros miembros de la comunidad educativa.
• Mediante los espacios informales, especialmente con la organización de actividades complementarias a la hora del patio.
• Dotando a los alumnos de habilidades y capacidades para reconocer y relativizar los estereotipos y prejuicios.
2. Establecer unas normas básicas de convivencia que sean claras, concretas, consensuadas, realizables, compartidas y en positivo sobre cómo afrontaremos los conflictos interculturales, ya sean étnicos o sociales: aquellos derivados de signos y símbolos externos, de la autonomía de los alumnos recién llegados, de su participación efectiva en las actividades del centro, etc.
¿Cómo? • Desde el acuerdo entre todos los agentes educativos (lo que, por supuesto, incluye al alumnado), y de acuerdo con los objetivos pedagógicos del Proyecto Educativo de Centro. De existir una primera propuesta, puede ser elaborada por la Comisión de Convivencia del centro.
3. Crear un buen clima de convivencia y revisar el plan de acogida. La acogida es una actitud humana y profesional indisociable del hecho educativo, que debe implicar a toda la comunidad educativa, y debe destinarse a todo el mundo, muy especialmente a los alumnos que acaban de llegar, sea cual sea su procedencia. Conviene señalar que no se puede efectuar una buena acogida en un centro que no sea acogedor.
4. Establecer un protocolo para la transformación positiva de los conflictos.
5. Fomentar la interacción de grupos heterogéneos, tratados de forma heterogénea. Ya sea con el refuerzo del propio grupo, mediante el aprendizaje cooperativo (que fomentará la interdependencia positiva), o bien mediante la adaptación curricular y metodológica.
http://escolapau.uab.cat/castellano/convivencia/ficha02.htm

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